En el Caracol 1 disponen de microclínicas de salud en los cuatro
municipios, una clínica central y promotores de salud en todas las
comunidades. La caravana pudo conocer la microclínica en el municipio de
Santa Rosa del Copán, el Hospital Escuela en San José del Río y
entrevistarse con los promotores de salud en la Realidad y en la comunidad
24 de diciembre.
Aunque antes de 1994 hubieran ya algunos promotores de salud, muchas
personas morían de enfermedades como dengue, tuberculosis, malaria, o
incluso diarrea. Muchos niños morían antes de los cinco años. También eran
muy comunes las muertes en el parto tanto de niños como de las madres.
Después de 1994, el sistema de salud llega a ser más organizado junto a la
construcción de la autonomía zapatista. Con la recuperación de los
conocimientos de su medicina tradicional, el sistema de educación de
promotores, y la construcción colectiva de clínicas, los casos de
mortalidad se han reducido drásticamente.
Hoy en día, en todas las comunidades los promotores de salud utilizan la
herbolaria como primer recurso para intentar solucionar las enfermedades.
Por ejemplo, en la Realidad disponen de un centro de herbolaria donde
ellos mismos se producen cremas, tinturas, te, pomadas, etc., a partir de
las plantas de las que disponen.
En la microclínica de Santa Rosa reciben las personas del municipio que no
pudieron ser atendidos por los promotores de sus comunidades. Dispone de
distintos espacios, como el consultorio, la farmacia y la sala de
odontología – aunque actualmente no pueden usar porque les falta material
y porque no recibieron la capacitación necesaria por parte de los que
trajeron el material.
En el hospital de San José están equipados de odontología, sala de parto,
ultrasonidos, laboratorio de análisis, urgencias, consultorio, sala de
esterilización de utensilios, cirugía y farmacia, donde podemos encontrar
medicamentos de patente y medicamentos naturales también producidos por
ellos, ya que disponen del material necesario para hacer píldoras y
jarabes. Las personas con problemas más graves que no han podido curarse
en las microclínicas o con l@s promotor@s, acuden al hospital.
La recuperación de su medicina tradicional no sólo ha mejorado su sistema
sanitario sino que también, junto con la lucha por el rescate de sus
lenguas, son muy importantes en la educación de los promotores y en la
cultura de los pueblos indígenas.
Los promotores se forman también en áreas como odontología, análisis,
calidad del agua (por ejemplo, en la Realidad han desarrollado todo un
sistema de producción de cloro biodegradable), o se forman a partir de
cursos que imparten con otros promotores o con doctores solidarios en las
áreas que creen necesarias.
Vemos que también buscan la equidad entre promotores y promotoras. En el
municipio de Santa Rosa ahora trabajan 15 promotores y 7 promotoras, pero
se están formando 15 promotoras y 7 promotores, de manera que al final
haya un número parejo entre hombres y mujeres.
En San José hay 8 promotores/as, en la Realidad 3 y en la comunidad 24 de
diciembre, al ser una comunidad reubicada recientemente, sólo disponen de
un promotor, pero están formando nuevos promotores y creen que podrán
tener un sistema de salud más extendido en dos o cuatro años.
El sistema autónomo de salud es un trabajo comunitario, ya que son todas
las comunidades de un municipio las que deciden donde instalar las
microclínicas, y son todos los municipios los que deciden donde instalar
el hospital central. También en la construcción de las clínicas vemos este
trabajo comunitario, para el cual participaron miembros de todas las
comunidades, como podemos ver en la clínica de Santa Rosa, que tardaron
dos años en terminarla y los materiales para su construcción como piedras
o arena se trajeron a mano desde algunos Kilómetros de distancia.
La sanidad autónoma no es exclusiva para zapatistas, sino que también los
que no son zapatistas acuden a estas clínicas. La diferencia está en que
como l@s zapatistas contribuyen a la construcción de las clínicas y a la
formación de l@s promotor@s, luego no tienen que pagar por la asistencia
sanitaria. En cambio, los no zapatistas que no participaron en los
trabajos tienen que pagar una cuota de entre diez y treinta pesos. De
igual forma, los zapatistas a veces también acuden a los centros
gubernamentales cuando carecen de medios, aunque la distancia y el coste
del transporte son grandes obstáculos. Los maltratos recibidos en estas
clínicas gubernamentales pueden ir desde la no aceptación por falta de
algún tipo de credencial, hasta la esterilización forzada que varias
mujeres han denunciado.
Estas son formas como los gobiernos estatal y federal atacan a la salud
autónoma zapatista, igual que con los programas asistenciales como el
Oportunidades, buscando la división entre comunidades y también poder
engrosar cifras sobre sanidad en Chiapas.
Otro tipo de hostigamiento que la comunidad 24 de diciembre debe afrontar
es la privación al acceso del agua por parte del ejército, y aunque el
gobierno estatal insiste en que sí hay una poza donde la comunidad puede
extraer el agua, la realidad es que un alambre de espinas les separa de
ella, y que es agua donde los militares orinan o vierten jabones.
A pesar de los obstáculos de los gobiernos y del ejército, y la
interferencia en su autodeterminación en la sanidad autónoma zapatista,
ésta sigue avanzando y mejorando las condiciones de vida de las
comunidades.
Comité de solidarité avec les peuples du Chiapas en lutte (CSPCL, Paris)
33, rue des Vignoles - 75020 Paris - France
assemblée (hebdomadaire et ouverte) le mercredi à partir de 20 h 30
http://cspcl.ouvaton.org
cspcl@altern.org
listes d'information : http://listes.samizdat.net/sympa/info/cspcl_l
http://listes.samizdat.net/sympa/info/cspcl-fr
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